Adornos llenos de humor, brillo y nostalgia, con ese toque kitsch tan entrañable que convierte cualquier árbol en una fiesta. Piezas que parecen salir directamente de la caja metálica que vivía en lo alto del armario y solo bajaba una vez al año; un pequeño desfile que hace que decorar el árbol vuelva a sentirse como un juego.
Pensadas para hacerte sonreír y para que tu árbol cuente historias: las tuyas, las de tu casa y las de todas esas Navidades que recordamos con cariño.